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Agricultora
Las mujeres agricultoras son fundamentales para el desarrollo rural sostenible. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ellas constituyen el 60% de la fuerza laboral agrícola en el mundo, pero solo reciben el 10% de los créditos y el 7% de las tierras.
En América Latina, donde el índice de feminización de la pobreza es alto, las mujeres agricultoras son las principales responsables de alimentar a sus familias. Según cifras de la FAO, el 63% de las mujeres rurales en la región son agricultoras, mientras que el porcentaje de hombres que trabajan en el campo es de sólo el 37%.
Las mujeres agricultoras son fundamentales para el desarrollo rural sostenible.
Las mujeres agricultoras enfrentan numerosos retos, como el acceso a la tierra, la falta de créditos, la escasez de infraestructura y el acceso a mercados. Sin embargo, son capaces de generar cambios positivos en sus comunidades.
Las mujeres agricultoras son líderes naturales en la lucha contra el cambio climático. Según la FAO, ellas son las más propensas a adoptar medidas para mitigar el impacto del cambio climático en sus comunidades, como el uso de variedades de semillas más resistentes a las condiciones adversas, la conservación de suelos y el manejo de agua.
Las mujeres agricultoras también son pioneras en el uso de nuevas tecnologías. Según la FAO, ellas son las primeras en adoptar tecnologías agrícolas para mejorar la productividad y la calidad de sus cultivos. Su contribución es esencial para mejorar la seguridad alimentaria en el mundo y enfrentar los desafíos del cambio climático.
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